La colección Thannhauser regresa a Europa

La historia de las colecciones de arte es tan interesante como la del arte mismo. A través de los años, los modos y formas del coleccionismo han cambiado, y muestra de esto es la narrativa del acervo Thannhauser, que por estos días inaugura en el Guggenheim Bilbao, por primera vez, desde la donación de la familia con este apellido, fuera de Nueva York.

 

Paul Cézanne. Naturaleza muerta: frasco, vaso y jarro. Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York. Colección Thannhauser, donación, Justin K. Thannhauser 78.2514.3. Foto: © Solomon R. Guggenheim Foundation, Nueva York (SRGF).

 

Antes, las colecciones de arte se resguardaban como un tesoro con acceso solo a quienes la poseían. En cambio, hoy las colecciones de particulares se exponen, en algunos casos hasta con la construcción del museo, como testigo de estatus económico y social. Quizá uno de los primeros casos de este cambio de paradigma en la forma en la que se maneja el coleccionismo de arte es el de la familia Guggenheim (Peggy es para muchos la primera gran mecenas dedicada a compartir su acervo), y justo a esta familia Justin K. Thannhauser dejó su acervo al morir, a mediados de los años sesenta, incluyendo más de 3o picassos, y que hoy resguarda y cuida la sede en Nueva York.

 

Édouard Manet. Ante el espejo. Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York. Colección Thannhauser, donación, Justin K. Thannhauser 78.2514.27
Foto: © Solomon R. Guggenheim Foundation, Nueva York (SRGF).

 

“De Van Gogh a Picasso. El legado Thannhauser”, curada por Megan Fontanella, explora varias décadas que en la distancia parecen pocos años, pero que en su tiempo significó enormes cambios en la estética y la forma no solo en la que se crea, sino también en la que se observa y disfruta hoy el arte. Este es el principal gancho para las visitas al museo diseñado por Frank Gehry en el país Euskadi, pero en el trasfondo de la exposición que incluye a grandes impresionistas, posimpresionistas o cubistas, hasta los modernos. De Van Gogh a Degas, Gauguin, Manet o Braque, hasta el gran renovador de su tiempo, Picasso, también se reflexiona en torno al coleccionismo.

 

Pablo Picasso. Le Moulin de la Galette, París, ca. noviembre de 1900. Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York. Colección Thannhauser, donación, Justin K. Thannhauser 78.2514.34 © Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2018. Foto: © Solomon R. Guggenheim Foundation, Nueva York (SRGF).

 

“Heinrich Thannhauser fundó la Moderne Galerie en Munich en 1909. Desde muy temprana edad, Justin, su hijo, trabajó con su padre en la floreciente galería, ayudándole a elaborar un versátil programa de exposiciones dedicadas a artistas impresionistas y posimpresionistas franceses y dedicando muestras a autores contemporáneos alemanes con regularidad”, explica el museo sede. Los Thannhauser también organizaron en 1913 una de las retrospectivas más importantes de Picasso, dando inicio así a una estrecha relación con el artista que duraría hasta en 1973, cuando Picasso muere. Justin abrió su sentida galería en Lucerna, pero debido al ascenso nazi se vió obligado a cerrar y emigrar a Nueva York en 1940, donde se dedicó al negocio privado de arte. Durante toda su carrera y hasta hoy, la familia Thannhauser es reconocida por su espíritu libre, de vanguardia, y, sobre todo, claro, por su magnífico ojo. Hoy, gracias al nuevo coleccionismo, tenemos cada vez más cerca la oportunidad de disfrutar de las leyendas del arte.

 

Henri Rousseau. Los jugadores de fútbol. Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York 60.1583 Foto: © Solomon R. Guggenheim Foundation, Nueva York (SRGF).

 

Texto: Dolores Garnica

Portada: Vincent van Gogh, Montañas de Saint-Remy (Montagnes à Saint-Rémy)Solomon R. Guggenheim Museum, Nueva York. Colección Thannhauser, donación, Justin K. Thannhauser 78.2514.24. Foto: © Solomon R. Guggenheim Foundation, Nueva York (SRGF).

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